VILLA MERCEDES
Reconocieron al músico Edgar “Chulo” Medina por el trabajo que logró junto a alumnos con discapacidad
La distinción fue otorgada por el Concejo Deliberante de Villa Mercedes.
Edgar “Chulo” Medina es uno de los personajes de la cultura que tiene la ciudad de Villa Mercedes. Es percusionista y a lo largo del tiempo fue parte de muchos grupos musicales.
Si bien en la actualidad sigue tocando blues, jazz y folclore, gran parte de su tiempo lo dedica a enseñar. Y lo que lo llevó al reconocimiento social el viernes pasado es el trabajo que logró con un grupo de alumnos con discapacidad.
“Las puertas siempre estuvieron abiertas para todos, como tiene que ser para cualquier persona. Esto se fue dando solo, y es lo más lindo que me pasó en el último tiempo. Ahora armamos una banda y no sabés lo que son. Estoy feliz de haberlo logrado y mostrar que a los chicos los tenemos que incluir de esa manera”, transmitió en diálogo con El Chorrillero.
“Chulo” fue reconocido no solo por los años que lleva transmitiendo sus conocimientos en la música, sino por su aporte al desarrollo de la cultura y el arte en la ciudad.
La iniciativa fue presentada por el concejal Hugo Rossi, quien durante el acto que se realizó en el recinto del Concejo Deliberante destacó “el valor humano” y la contención que da a los alumnos en un contexto inclusivo.
Medina da clases en Avenida 25 de Mayo 1181, donde “cumplió el sueño del pibe”, ya que allí instaló una sala de ensayos y un estudio de grabación. De lunes a viernes, en diferentes horarios, enseña a tocar todos los instrumentos de percusión.
“En esta oportunidad hago lo que realmente me gusta”, dijo, por ejemplo “seguir tocando con los amigos del barrio”. Tiene muchas anécdotas, pero recordó la vez que fue músico de Chayanne en la visita que hizo al Molino Fénix, donde grabó un video.
También fue integrante de la Fuerza Aérea, suboficial, y hoy tiene entre sus alumnos a algunos colegas retirados. Recibe estudiantes desde los 7 años pero no hay un límite de edad. Por ejemplo, hay adultos mayores de hasta 80 años que están aprendiendo percusión porque era una materia pendiente, hombres y mujeres. “Comencé a tocar a los 8 años, y siempre se puede lograr lo que queremos. Si hacemos este tipo de cosas relacionadas al arte, más allá de todas las situaciones difíciles que estamos pasando, podemos ver la vida de otra manera y a la vez contagiamos, les enseñamos a los jóvenes que todos podemos aprender”, cerró.
Tiene entre sus proyectos la presentación de un dúo de batería y la posibilidad de incluir otros artistas del medio. Los viernes dicta un taller de bombo legüero y cajón peruano.
Para consultas o participar de sus clases lo pueden contactar al 2657 509432.